La construcción de todos los conocimientos mantiene características de capas concatenadas y construidas en sucesivos momentos de la historia con el objeto de responder y superar los conceptos precedentes.
Un ejemplo es el modo en que el saber general aún considera que percibimos con los cinco sentidos que enumera Aristóteles en su obra “De anima” (350 a. C.), donde dedica un capítulo a la vista, uno al oído, uno al tacto, uno al gusto y uno al olfato. Sin embargo, reconoceremos en la lectura lo limitado de este concepto para una observación desde los siglos XX/XXI, como lo muestra Otto Lowenstein en “Los sentidos”, cuando los considera desde el punto de vista biofisiológico como kinestésicos, táctiles y electromagnéticos.
La enseñanza de los objetivos del arte, la construcción y la lectura de la imagen también están vinculados a las concepciones estéticas y cognitivas de cada época. La organización de los tapices y murales medievales (siglos V al XV) como textos iconográficos descriptivos, no se corresponde con el tiempo en que se empiezan a descubrir las que se llamarían leyes de la perspectiva para llevar la representación de la profundidad al plano plástico bidimensional. Después de la invención de la fotografía, las artes visuales comienzan una rápida espiral de transformación de sus estéticas con la huella que marcanCézanne y Kandinsky, y el centralismo que ocupó (a principios del siglo XX) la Gestalttheorie en los campos de la psicología y del diseño. Esto influyó en las artes visuales y audiovisuales y en las innovaciones de la representación y del funcionalismo arquitectónico.
Al centrarse principalmente en la organización de las formas y suponer un sujeto único como observador, la Gestalt comenzó a ser cuestionada. Una corriente de estudio surgida de la semiótica (σημειωτικός)–originada en el estudio médico de los síntomas (signos, por extensión) de las enfermedades- y por la influencia de los escritos póstumos de Ferdinand de Saussure (1913)y la obra de Charles Morris (Fundamentos de la teoría de los signos, 1938) investigó los lenguajes. En pocos años Charles Pierce continuó esos estudios y Roland Bhartes y Umberto Eco impulsaron el desarrollo de una nueva semiótica del signo visual, partiendo de la lectura de las imágenes. Posteriormente, las investigaciones de los belgas del Grupo interdisciplinario de Lieja o Groupe m (1970) desarrollan la teoría del signo visual, en un posible camino hacia una retórica general de los lenguajes.
Actualmente, los estudios de realizadores e investigadores artísticos están generando líneas de trabajo que buscan revelar las tensiones, coincidencias y desconexiones entre las diversas lecturas de la imagen (pensada, soñada, recordada), su materialidad (artesanal, mecánica o digital) y su entorno variado. Por otra parte, el análisis de la genealogía de la imagen –identidad social, de género, cultural- y los constantemente innovados dispositivos de comunicación, requiere nuevas consideraciones.
Otra lectura de la imagen, como la iconografía, fue desarrollada por Aby Warburg (1866-1929) y continuada por Didi Huberman (1953). Harum Farocky (1944-2014) se ocupa de los condicionamientos que crean los dispositivos, como también experimentan Leonardo Solaas (1971) y la cineasta Hito Steyerl (1966). Hans Belting (1935) busca cómo aparece aquello que formaba parte de lo sacro y lo religioso en los usos actuales de la imagen.
Este texto está pensado para reunir en un lugar la articulación del conocimiento surgido en diferentes especialidades (historia del arte, talleres de iniciación al dibujo, pintura, grabado, fotografía, escultura, escenografía, cerámica, restauración e imagen digital, sistemas de representación, etc.) de la enseñanza de las prácticas artísticas. Surge de las preocupaciones para enseñar a los estudiantes de Lenguaje Visual de la cátedra a mi cargo en el Departamento de Artes Visuales de la Universidad Nacional de las Artes, en Buenos Aires, Argentina.
Muy buena la información, soy docente de arte de educación secundaria y me encanta la pagina